lunes, 11 de abril de 2011

El poder de la escritura

El pasado martes 5 de abril, en el auditorio Juan Pablo ll de la Universidad Pontificia Bolivariana, tuvo lugar la jornada académica, La palabra tiene la palabra, de vive el español en la UPB, donde se trabajó en la segunda sesión la pregunta el porqué y para qué del escribir, con la participación de cuatro panelistas, los cuales narraron lo que ha significado para ellos la palabra escrita.

José Guillermo Ángel tituló su ponencia “Escribir en tiempos de Tojo y Dojo” y respondió a la pregunta diciendo “escribo para seguir las huellas de otros, para tener palabras con las cuales nombrar, para que estar en el mundo sea una acción de ver y no de mirar… Escribo porque burlo el miedo y en el miedo la realidad es variable”.

Escribir es un ejercicio que no legitima la realidad, sino la falta de ella, muchos escriben para satisfacer la curiosidad, otros porque quien escribe, a mano dibuja y en los dibujos crea mundos, hay quienes escriben para acortar el tiempo, para no pensar, para divertir o divertirse, para exhibir sus ideas, para liberarse de la angustia o porque sienten el deseo y la necesidad.

Yo por ejemplo escribo para tratar de desdibujar la realidad que me rodea, para imaginar lo inimaginable, para fantasear con lo inexistente y permitirle a otros viajar por un mundo que solo sus mentes es capaz de crear.

Escribo porque al escribir siento que estoy viva y es que escribir es un intento de entender el mundo exterior, la naturaleza humana y las múltiples dimensiones de lo que somos y lo que podemos llegar a ser.

Rovert Coovert escribe “porque el arte insufla vida a lo que no tiene vida, muerte a lo que es eterno. Porque en realidad el arte es preferible al maravilloso terror de la vida. Porque el mundo se vuelve a inventar cada día. Porque escribir, en la inmensidad inimaginable de todos los espacios, es todavía la mayor de las aventuras”.

Para Nikolaos Chalavazis escribir es un acto íntimo, donde no todo lo que pasó allí es de perfecto conocimiento de quien lo escribe. Por ello es importante tener claro que cualquier tema es susceptible de ser llevado a la escritura y es así como todo escritor debe esmerarse por encontrar en cada frase la palabra justa.

En nuestra profesión nos han enseñado que la literatura nos brinda la capacidad de cambiar nuestras vidas, pues ésta nos ayuda a encontrar el porqué y el para qué estamos aquí. Como escritores debemos permitirnos hallar en nuestros relatos, la voz propia, pues el ser auténticos, es el impulso de otros para leernos.

Muchos han olvidado el verdadero significado de escribir, por eso en el ejercicio de la lectura a menudo nos encontramos con copistas o imitadores que sin escrúpulos toman como propios textos ajenos, dejando inmune la labor de quienes escriben para crear identidad.

El leer es un hábito que pocos ejercen y que debe rescatarse, pues la lectura barre la basura de nuestro espíritu, nos hace menos ignorantes, enriquece nuestra mente, abre nuestros ojos, despierta nuestros sentidos y nos permite ver el mundo sin cortinas de humo.

Debemos tener claro que “la lengua y la palabra nos educan”, es por ello que el ejercicio de la escritura, debe estar acompañado por el amor a la lectura, ya que se escribe para ser leído, pues el ser mencionados y el tratar de ser comprendidos por quien nos lee, hace que nuestras palabras cobren significado por sí solas, que nuestra voz tenga eco y que no muramos en el olvido.

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